Todo el silencio (2023)
Por las mañanas Miriam enseña lenguaje de señas y por las tardes es parte de un montaje de teatro profesional mientras mantiene una relación estable y pasional con su novia Lola. A pesar de vivir una vida muy cercana a la de una persona sorda, su mundo se empieza a hacer pedazos cuando descubre que está perdiendo el sentido del oído.